Hacia una matriz energética sustentable y soberana.
Publicado el 22/06/10 a las 12:00 am
Por Mónica Castro, Com. Programa de Fancap (1).
El presente foro es un aporte en la construcción colectiva, creemos que es necesario intercambiar distintos puntos de vista sobre un tema tan importante como este, ¿hacia donde vamos?.
Nos importa resaltar esto de construcción colectiva porque acá hay varios actores, hay distintos puntos de vista, representantes del gobierno, del poder legislativo, los sindicatos de la energía, organizaciones sociales, etc
Agradecemos la participación de todos quienes han venido por considerar que los temas importantes para el país, deben ser debatidos abiertamente, compartiendo enfoques y aportes de todos los actores sociales.
Y si, este es un tema importante. Estamos hablando de desarrollo sustentable.
Los trabajadores creemos que para poder hablar de un país productivo con justicia social, debemos hablar de un modelo de desarrollo sustentable o sea un modelo que busque el equilibrio entre lo económico, lo social y lo medioambiental.
El crecimiento económico que genera exclusión y pobreza no es desarrollo.
En ese sentido cuando decimos desarrollo productivo sustentable, estamos hablando de muchas cosas, entre otras queremos decir reducir la brecha entre ricos y pobres, queremos decir hacer un uso responsable de los recursos que requiere toda actividad productiva (materia prima, mano de obra, insumos, tecnología), midiendo su impacto en la mejora de la calidad de vida del pueblo, actuando con responsabilidad. O sea logrando que lo que se consuma en recursos, sea evaluado no solo en relación a las ganancias económicas que genere, sino también en el bienestar social logrado y en un balance ambiental adecuado.
Debemos ser responsables y tener en cuenta cuánto de los recursos no renovables, disponibles hoy, deben dejarse en buenas condiciones y cantidad suficiente para las próximas generaciones (agua potable, tierras fértiles, aire limpio, etc.)
Que el afán de lucro actual o incluso la búsqueda del desarrollo y bienestar de los habitantes de hoy no hipotequen la calidad de vida de los futuros habitantes del planeta.
La política de desarrollo de un país y dentro de ella la matriz energética, tal como lo entendemos nosotros, no pueden dejarse en mano del mercado, tiene que haber una política de estado clara, un marco legal adecuado.
Debemos hacer todos los esfuerzos para cambiar la visión de que cuidar el medioambiente frena el desarrollo.
Lo que se debe frenar es la depredación, frenar el uso irresponsable de los recursos no renovables, frenar la
búsqueda de ganancias económicas a toda costa, incluso a costa del deterioro irreparable del planeta con las
nefastas consecuencias sobre la calidad de vida de sus habitantes.
Sin renunciar a la justicia social y cuidando el medioambiente es posible un desarrollo responsable y sustentable.
Esto lleva un proceso, donde también debemos hablar del necesario cambio cultural, ya que además de las prácticas propias de la reproducción del sistema, y como resultado de los valores impartidos por el mismo , tenemos como enemigos los valores que de él se desprenden, el consumismo y la búsqueda de la felicidad en el cosas materiales (coche último modelo y más de uno por familia si se puede, pantalla plana, lo último en tecnología de la comunicación, etc.) lo que es funcional al actual modelo económico. Es necesario por ello también dar una batalla cultural para desestimular el consumo desenfrenado, el egoísmo, que logra insensibilizarnos ante las injusticias del sistema, buscar el cambio cultural que promueva valores inherentes
al Ser humano, que aliente la consciencia ambiental y la solidaridad con los futuros pobladores del planeta.
Para ello debemos ser capaces de pensar un modelo de desarrollo productivo alternativo al actual. Un desarrollo que no implique ser meros proveedores de materia prima, recursos naturales, mano de obra y de infraestructura al servicio de las trasnacionales.
Si cambiamos el modelo de producción podemos pensar en el respeto al medioambiente, cuidando el agua, la fertilidad de la tierra, y el uso responsable de los recursos naturales no renovables .
El modelo actual es depredador ya que su fin es obtener la mayor ganancia en el menor tiempo, a más bajo costo, sin importar las consecuencias que su actividad acarree para la humanidad.
Llegando al extremo, si no actuamos en consecuencia, a condenar a las próximas generaciones a tener que vivir tratando de recomponer o remediar los efectos devastadores, del sistema productivo actual, para poder sobrevivir en un planeta destruido. Por ello se hace necesario modificar las bases del modelo de desarrollo, poniendo como objetivo principal el buen vivir del Ser Humano.
Por eso lo de hoy ¿se necesita más energía?, ¿para qué modelo productivo? ¿cómo generarla?, ¿con qué cuidados?
Más energía para un desarrollo sustentable, sí.
Más energía para ponerla al servicio de un desarrollo depredador, no.
El modelo actual de desarrollo no está pensado para que mejore la vida de la gente . Correr detrás de este modelo demandante de recursos, tratando de poner a su disposición todo lo que necesita, no haría más que ponernos de esclavos de su loca carrera suicida en busca de ganancias.
….No, no es más de esto lo que necesitamos para hacer posible un Uruguay productivo con justicia social.
Pensamos que si por el contrario, diseñáramos un modelo de desarrollo sustentable que vele por la calidad de vida del Ser Humano y para ello se necesita más energía, su generación debe ser también lo más sustentable posible. Debe buscar el menor daño ambiental, la mayor creación de puestos de trabajo dignos, promover el desarrollo de tecnología nacional, buscar mayor justicia social, independencia, soberanía.
En este sentido creemos que se deben impulsar las energías renovables autóctonas, biomasa, eólica, solar, etc., desde todos los ángulos, con políticas de incentivos, educación, debates. Impulsar el transporte fluvial y revitalizar AFE para reducir el transporte carretero por el combustible que consume y por lo que contamina.
Impulsar políticas de desarrollo industrial e investigación, para dejar de depender de tecnología importada y
disminuir la dependencia de hidrocarburos buscando soberanía y sustentabilidad ambiental.
Los sindicatos de la energía y todo el PIT-CNT tenemos definida la energía como un derecho humano, dado que ya no se puede vivir dignamente sin ella.
La responsabilidad por el pleno goce de los derechos humanos con su contenido en democracia, igualdad en el acceso y disponibilidad de servicios básicos, es del Estado .Por eso la generación de energía debe estar en manos del Estado y no del mercado.
El Estado en la producción de energía, asumiendo su responsabilidad como garante de los derechos ciudadanos, puede y debe buscar la eficiencia cuidando el medioambiente. Para nosotros la eficiencia es, además de los resultados económicos directos, la creación de puestos de trabajo, la búsqueda de mejores condiciones de vida del pueblo, el aumento de soberanía, el uso responsable de recursos naturales. El capital multinacional puede ser eficiente económicamente hablando (aunque la crisis actual no dice lo mismo),
pero no busca justicia social, ni se hace responsable del deterioro medioambiental, para muestra tenemos la triste realidad del mundo hoy con millones de personas muriendo por enfermedades curables, por hambre, cientos de pueblos desplazados de sus territorios, desastres ecológicos en la industria del petróleo, en el agro con el uso de agrotóxicos, en las mineras, basta ver la realidad del mundo actual.
Por eso esta reflexión colectiva. Esta preocupación por cómo seguir.
Si al hablar de la necesidad de aumento de generación de energía, no tenemos en cuenta hacia qué modelo de desarrollo vamos, estaremos simplemente poniéndonos, sin condiciones, al servicio de un modelo de desarrollo salvaje donde todo tiene que estar al servicio de la renta del capital, haciendo caso omiso a las ya innumerables muestras de que la naturaleza está seriamente afectada y que la desigualdad social sigue en aumento a pesar del crecimiento económico.
También queremos decir que para nosotros No forma parte de ese modelo de desarrollo sustentable y soberano las obras en infraestructura (puertos, aeropuertos, carreteras, etc) que necesita el capital mientras el costo de esas inversiones recaerá sobre el pueblo. Es perverso presentar como modelo de desarrollo, la inversión en infraestructura que pagarán los países subdesarrollados, mientras que quien se beneficia es el capital multinacional, con la circulación de materias primas y mercaderías para las cuales nuestro país es proveedor de recursos con escaso valor agregado, y el punto de salida hacia la casa matríz.
…..Mientras al pueblo le queda una deuda ajena, que le pesa en el poder de compra de cada salario, en la calidad de vida de cada uruguayo. Le queda un empobrecimiento endémico por el constante pago de intereses de una deuda que crece….mientras ….quiénes se benefician económicamente con esto pero no se hacen cargo de las injusticias que generan, piden desregulación laboral, piden que se baje el costo del Estado, quejándose de los siempre insuficientes esfuerzos que el gobierno pone en marcha para tratar de mejorar la salud, la alimentación, la educación de un pueblo desintegrado por la pobreza y la exclusión social mientras continúa el despojo de su país en beneficio de la riqueza de unos pocos.
El cambio climático y la falta de justicia social son una luz roja para pensar un desarrollo en otros términos,
buscando mejorar la calidad de vida de los pueblos y cuidando el planeta.
No podemos dejar de vernos como lo que soberanamente somos, los dueños de nuestros recursos naturales, de la tierra fértil y el agua y de nuestras vidas por encima de las necesidades del capital.
Estamos obligados a pensar en otra clave. Poner al Ser humano como principio y fin del modelo de desarrollo.
Por último como propuesta:
Hagamos de la generación de energía responsable una oportunidad de desarrollo de tecnología nacional, de generación de empleo digno, de búsqueda de mayor soberanía. Encaremos proyectos generadores de energía descentralizados, basados en la disponibilidad de materia prima de cada zona del país. Con un marco legal adecuado donde el Estado garantice la soberanía energética. Energía renovable y autóctona. Energía como un derecho y no como una mercancía. Impulsemos múltiples emprendimientos de generación, mini represas, parques eólicos con molinos nuestros, fabriquemos calderas para aprovechar los deshechos agrícolas y esquistos bituminosos, hagamos de la propia generación de energía una oportunidad de desarrollo industrial sustentable y soberano. UTE y ANCAP a través del Ministerio deben respaldar e incentivar este desarrollo. Alentar proyectos como el de Alur en Bella Unión, pensados desde el compromiso con el pueblo, desde la cercanía de las necesidades del pueblo y para el pueblo.
La necesaria integración energética con países vecinos debe estar basada en valores compatibles con la justicia social, la solidaridad entre los pueblos, el respeto a las asimetrías, la complementariedad económica y no basada en la competencia propia del mercado que arrasa con todo en la búsqueda del lucro.
Impulsar la integración energética buscando la eficiencia en todos sus términos: económica, social y medioambiental, diferenciándola de lo que es actualmente la lógica imperialista con sus reglas de juego apostando a la dominación y dependencia económica.
No hipotequemos el país con inversiones que aumentan la dependencia.
Hagamos todos los esfuerzos para superar la lógica actual de medir el desarrollo en términos económicos, que relega la justicia social y ambiental. Delineemos nuestra política energética pensando en un modelo de desarrollo basado en la búsqueda del bienestar del pueblo actual y del futuro.
Que la generación de energía, sea parte de un desarrollo sustentable camino a un país con justicia social.
NOTA
(1) Intervención de la Federación Ancap en el Foro de Energía realizado el 17/6/10, organizado por la Federación ANCAP (FANCAP), la Coordinadora de Sindicatos de la Energía, la Agrupación UTE (AUTE), el Programa Uruguay Sustentable y REDES – Amigos de la Tierra Uruguay.