Constanza Moreira: “Al frenteamplista no le gusta ver que se pelean por cargos”
Publicado el 05/06/10 a las 2:20 pm
La senadora Constanza Moreira aseguró que la “indiferencia” y la “soberbia” del Frente Amplio (FA) incidieron en el resultado adverso en las elecciones de mayo. La legisladora y politóloga dijo a Ultimas Noticias que la izquierda “cerró sus puertas a los frenteamplistas independientes”, por lo que “está estancado” y en su “punto máximo de sectorialismo”. Afirmó que “al militante que pone su energía, su tiempo o su plata para discutir de política y ser solidario, pensar que su dirigencia apuesta a los cargos por dinero o poder, no le gusta”. Aseguró que en el FA “quien no tiene un grupo que lo defienda, no existe” y que la práctica de distribuir los cargos en función de la idoneidad “se perdió”.
-¿Qué balance deja esta elección al FA?
-El FA sigue creciendo en el interior, por lo que tiene más ediles, y aunque perdió algunos departamentos, no hay que olvidar que en 2004 tenía solo uno. También hay un aprendizaje en este pasaje a varios departamentos y después a menos. Pero aquel crecimiento constante del FA durante veinte años, el voto joven y montevideano siempre del FA, se terminó. El FA está estancado.
-¿La campaña fue suficiente?
-No, fue mala y escasa. En junio del año pasado uno andaba por el interior y toda la cartelería era del Partido Nacional. Cuando preguntaba por la nuestra, me decían: “El Partido Nacional lo necesita. Nosotros no”. La realidad demostró que no era así. Faltó estrategia publicitaria, sensibilidad y apoyo de los candidatos. El FA confió en que los frenteamplistas que salían a la calle todos los días y veían la ciudad pintada de blanco y azul, se iban a sentir como en casa.
Hubo indiferencia y soberbia. El FA pretendió ganar con gestión, sin salir a la cancha. No hubo apoyo a los candidatos, a cada uno le tocaba un peso y medio, el FA central no respaldó y los dejó librados al apoyo de sus sectores.
-¿Qué debe modificar el FA para cambiar esa realidad?
-Muchas cosas. La estructura, la forma de ingreso de nuevos grupos, la manera de tomar decisiones. El FA no tiene un lugar para las redes, para los que no pertenecen a los sectores o no van al Comité de Base. Deberíamos recibir con un abrazo a la gente que quiere involucrarse en política pero le decimos: “Por acá no podés entrar”. En vez de incentivar la participación, la angostamos. El FA cerró sus puertas a los frenteamplistas independientes. No hay donde tocar.
-¿La única manera de llegar es a través de los sectores?
-Lo que pasa es que solo quienes están en las listas llegan a ocupar cargos de gobierno. Cuando hay que entregar un cargo, los sectores nombran entre los suyos. No nombran a un frenteamplista independiente por bueno que sea y por muy probada que esté su consistencia política, técnica o moral. Eso es un craso error. En el FA, el que no tiene un grupo que lo defienda, no existe.
La mitad de la gente de izquierda no tiene modo de ser oída y no se le puede pedir el voto cada cinco años. El FA tiene que entender que buena parte de su inteligencia hoy está fuera de la estructura. Si se piensa que los dueños del partido son los sectores y las bases, se está en un error. El dueño del partido es el pueblo frenteamplista.
-¿Por qué se opta por dividir los cargos según la cantidad de votos de cada sector, si eso implica dejar gente afuera?
-Para evitar que pese más el sector del gobernante de turno. Lo instauró Mujica para evitar que se llenen los cargos de confianza con la gente del sector del dirigente. Tabaré Vázquez lo intentó al poner ministro y subsecretario de sectores cruzados, en un mix que determinaba que a veces se llevaran horrible. Ahora, con este nuevo sistema, estamos en el punto máximo del sectorialismo. Cada uno se lleva la cantidad de cargos que le corresponden a los votos y no se razona qué es lo que se necesita para cada cargo.
-¿Ese es el criterio para elegir los candidatos a alcalde?
-El criterio es cuantos le corresponden a cada sector, sin mirar si son los referentes de cada zona. Revisan y buscan entre los cuadros políticos del sector. Cualquiera puede representarnos pero ideal sería buscar los referentes, algo muy fácil porque todo el mundo se conoce en esta sociedad tan chica. Pero elegir a la persona idónea desde el punto de vista técnico, político y moral es una práctica que el FA tuvo y perdió y deberíamos discutirlo.
-Ese reparto de cargos en función de los votos, ¿influyó en el electorado?
-Claro. En las encuestas de opinión se refleja que los frenteamplistas votan por las ideas y no por el candidato o por el partido. A esa gente no le gusta ver que se pelean por los cargos. Al militante que pone su energía, su tiempo o su plata para discutir de política y ser solidario, pensar que su dirigencia apuesta a los cargos por dinero o poder, no le gusta.
“La gente prefería a Daniel Martínez”
La senadora Constanza Moreira afirmó que la dirigencia del Frente Amplio (FA) debe aprender “a escuchar a la gente aunque no le guste lo que dice” y reconoció que el electorado montevideano prefería a Daniel Martínez. Si bien enfatizó su respaldo a la intendenta electa Ana Olivera, en cuya futura gestión confía, entiende que el ex candidato socialista generaba “empatía. Al FA le pudo parecer que no representaba a todos los sectores pero gustaba”.
A su entender, uno de los cambios que la fuerza política deberá aplicar en el futuro será “tomar conciencia de lo que pide la ciudadanía antes de decidir. Se puede elegir otro candidato porque se ajusta más al programa y correr el riesgo de perder pero lo que no se puede es morir de ojos abiertos”. Agregó que los candidatos “necesitan preparación” y que lo que se recibió en Montevideo fue “un voto de protesta. No fue el voto de electores desanimados y confundidos. Fue un voto frentista contra el frente, la expresión de los que dijeron: ‘No va más. No voto a los otros pero a ustedes tampoco’”.
“Liberalismo puro y duro”
La senadora Constanza Moreira dijo que la izquierda aplicó un concepto de “liberalismo puro y duro” al no informar con claridad sobre el alcance de la ley de Descentralización antes de las elecciones. “Al ciudadano no se le puede decir que se meta en una página web.
Si inventaste la ley de Descentralización, tu obligación pública es informarle a la gente lo que es”, apuntó. Indicó que ese error ya se había cometido al sugerir a la ciudadanía que buscara información sobre el Irpf en el sitio web de la DGI. “Le metimos la mano en el bolsillo y no le informamos a la gente por qué fue y para qué. La paciencia de los ciudadanos es finita”, advirtió.
Miedo en el Frente por relaciones con militares
La senadora Constanza Moreira consideró que la ley de Caducidad está “caduca” y debe ser eliminada. Sin embargo, reconoció que hay resistencias en el Frente Amplio (FA) por “miedo a tener dificultades en el relacionamiento con las Fuerzas Armadas”.
La sentencia de inconstitucionalidad dictada por la Suprema Corte de Justicia en el caso de Nibia Sabalsagaray y la incompatibilidad con la normativa internacional planteada por la Corte Internacional de Derechos Humanos, son para la senadora Constanza Moreira razones suficientes para mantener la discusión sobre la vigencia de la ley de Caducidad. “Se fracasó en el intento de eliminarla pero se vuelve caduca y debemos ser capaces de sacarla sin burlar el pronunciamiento ciudadano”, indicó a Ultimas Noticias.
La legisladora reconoció que la campaña del FA antes del plebiscito de octubre fue “muy débil” y argumentó que se debió al “temor a perder, como había ocurrido en 1989”. Recordó que el proceso de recolección de firmas fue “muy difícil por el mensaje que se daba desde el propio gobierno y después, con ese miedo al fracaso que se demostraba, el FA contribuyó al resultado”.
Señaló que esa resistencia tiene un origen anterior al gobierno de Tabaré Vázquez, cuando la izquierda aspiraba a llegar al poder pero tenía “una relación difícil con las FF.AA. La verdad es que no quiso meterse en líos. Antes del triunfo de Vázquez, en el Congreso de 2003, el FA consideró que la eliminación de la ley de Caducidad complicaba mucho su relación con las FF.AA. y prefirió aplicar el artículo 4°”. Apuntó que esa postura fue defendida por el senador Eleuterio Fernández Huidobro, que decía: “Ahora que estamos por obtener el triunfo, no nos vamos a meter en esto”.
Para Moreira, esa actitud “complicó mucho la discusión de la Coordinadora por la Nulidad de la Ley de Caducidad con el gobierno. Buena parte de los frenteamplistas se negaban a firmar porque el gobierno no consideraba oportuno eliminar la ley. La razón era que no se quería hipotecar la gobernabilidad comprando un problema con las FF.AA.”.
En la actual administración, la legisladora entiende que esa posición se ha acrecentado, ya que el presidente José Mujica aplica un criterio de “perseguidor y perseguido. Mujica ha puesto especial hincapié por su especial sensibilidad sobre el tema”. Sin embargo, los frentamplistas “hacen la peor evaluación de las FF.AA.”, por lo que “su postura llama la atención. Mujica considera que hay que mejorar la relación pero la inmensa mayoría de la gente, no solo los frenteamplistas, considera que las FF.AA. gastan mucha plata y no deberían tener cosas como la Dirección Nacional de Meteorología y la Aviación Civil”.
Si bien en los últimos años percibió un mejoramiento de la imagen del cuerpo policial, apuntó que los militares “todavía son concebidos como un aparato represivo vinculado a la dictadura. Las convicciones de la gente no cambian tan rápido y las declaraciones el presidente del Círculo Militar, Ricardo Galarza, vuelven todo para atrás. Para buena parte de los frenteamplistas, los mensajes de Mujica son muy poco digeribles”.
Posibilidades de corrupción
La senadora Constanza Moreira considera que “la estructura central del Frente Amplio (FA) funciona poco y mal”, lo que abre las puertas a la posibilidad de corrupción, un elemento “letal” para la izquierda. “El FA siempre tuvo formas de sanear las cosas hacia adentro antes de que tomaran luz pública pero el Tribunal de Conducta Política dejó de funcionar. El propio general Víctor Licandro cuando renunció lo hizo porque había hecho llegar escritos sobre compañeros que se archivaron sin contestar”, explicó.
A su entender, la situación del Tribunal de Conducta es la misma que la del resto de la estructura. “Funcionan mal las comisiones de Finanzas, de Propaganda, de Programa, de Ética. Si el FA no tiene un Tribunal de Ética donde sospechas razonables sobre los compañeros puedan ser analizadas con el rigor suficiente, se termina en la Justicia”, explicó. Recordó que la izquierda “siempre apostó a la supremacía moral con un discurso de que ‘podremos meter la pata, pero no la mano en la lata’. El criterio de que somos mejores se pierde con el tiempo porque cada caso de corrupción nos perjudica”.
Tomado de http://www.ultimasnoticias.com.uy/hemeroteca/270510/prints/act09.html
Diario Ultimas Noticias, 27/5/10.
Graciela Taddey
Jun 6th, 2010
BIEN, CONSTANZA!
al fin el pensamiento claro, la voz clara.
Los militantes estamos absolutamente hartos de ver a dirigentes mediocres pelearse por un hueso de pollo casi seco. Me da vergüenza; pierdo la fe y el entusiasmo. Saludos fraternos