Un cuestionamiento que no puede soslayarse
Publicado el 25/05/10 a las 11:39 pm
Por Pablo Anzalone – Militante del PVP, Frente Amplio
Los resultados del 9 de mayo constituyen un cuestionamiento para el Frente Amplio. Se reafirma así la necesidad de un debate que ya era imprescindible.
En artículos publicados en LA REPUBLICA los días 7 y 15 de abril y 10 de mayo, procurábamos aportar razones para forjar, entre todos, cambios importantes en la estrategia del Frente Amplio, como parte de una transformación de toda la política en el país.
Cuatro elementos destacan en el nuevo panorama: a) la pérdida de intendencias claves como Salto, Paysandú y Treinta y Tres. b) la reducción de la votación en Montevideo y Canelones. c) el surgimiento de un porcentaje importante de votos en blanco. d) el descenso de la movilización política frentista a niveles históricamente inéditos.
Pero además estamos ante la culminación de todo un ciclo electoral y no de un episodio acotado a lo departamental. Por lo tanto corresponde incluir en la reflexión otros aspectos como la escasa movilización frenteamplista tanto en las elecciones internas como en la campaña hacia octubre y noviembre, así como las confusiones y contradicciones en el liderazgo durante la campaña. No debemos olvidar que la derrota del voto rosado dejó asimismo una fuerte disconformidad entre muchos militantes con relación al rol de las dirigencias en esta contienda.
Tampoco ocultemos que luego de 5 años de aplicación del programa frenteamplista, con gran cantidad de logros, las instancias de octubre y noviembre no lograron sobrepasar un respaldo electoral próximo al 50%.
Es decir, sobran motivos para una reflexión autocrítica y una reformulación de las estrategias del Frente Amplio. Sin complacencias pero también sin las simplificaciones y superficialidades que evidencian algunas interpretaciones actuales.
La pérdida de las intendencias de Salto y Paysandú es un golpe duro para la proyección nacional del FA. Las cifras muestran un descenso de la votación frentista en Paysandú de 48% en 2005 a 42 % en 2010 ante un Partido Nacional que también bajó, pero en menor medida, de 44% a 43%. En Salto el FA mantuvo el 40% de los votos pero se produjo un desplome del Partido Nacional (37% en 2005 a 12% en 2010) a favor del Partido Colorado que pasó de 21% a 41,8% en 2010. Aquí funcionó bien la alianza blanquicolorada. En Florida asistimos a un estancamiento (42%) y en Treinta y Tres un descenso de 46% en 2005 a 41% en 2010.
Interrogarse sobre las razones del descenso o estancamiento en el respaldo electoral debe incluir una reflexión sobre la gestión de gobierno municipal en esos departamentos. Pero al mismo tiempo no pueden dejarse de lado al menos tres argumentos que hacen a la responsabilidad de la conducción nacional del FA: el triunfalismo basado en las encuestas que debilitó el respaldo a algunas campañas locales, la subestimación global de los gobiernos departamentales por parte del FA y la desmovilización sistemática que predominó en los últimos años.
Me interesa destacar estos dos últimos argumentos. La llegada del FA al gobierno nacional quitó centralidad mediática y simbólica no sólo a la Intendencia de Montevideo sino también a las demás intendencias frenteamplistas. Pero además la dirección de esta fuerza política no jerarquizó el rol de los gobiernos departamentales para su estrategia global y su proyecto nacional. Las experiencias locales, los esfuerzos, las iniciativas, los logros, los errores, las insuficiencias, no merecieron una reflexión y un accionar específico de la fuerza política.
Muchas veces se ha hablado de déficits de comunicación respecto de los logros del gobierno de izquierda, refiriéndose al gobierno nacional, sin embargo el argumento es válido también a nivel departamental. De todas formas esta fundamentación sigue apoyándose en la concepción de que el actor de los cambios es el gobierno, que, a lo sumo, rinde un examen ciudadano cada cinco años. Falta una discusión sobre cómo hacemos para que la sociedad sea protagonista de las transformaciones, se apropie de ellas como sujeto y no sólo como beneficiaria. En ese sentido la izquierda no tiene más remedio que encarar una lucha por los valores que predominan social y culturalmente. No puede omitirse en la confrontación entre valores solidarios, participativos e integradores, con respecto a dispositivos de desarticulación social como la violencia intrafamiliar, la inseguridad ciudadana y las relaciones humanas que sustentan adicciones como la pasta base o el alcoholismo. Si la esfera de la política sigue siendo una instancia cada cinco años, en manos de los «políticos», distanciada de los problemas colectivos de la realidad cotidiana, si las políticas públicas se definen entre las cuatro paredes de un escritorio, si no hay una experiencia democratizadora para que la gente pueda decidir, la competencia entre el Frente y la derecha se da con las reglas de juego de esta última. En ese contexto tienen predicamento promesas demagógicas que vimos en esta campaña, como devolver las motos incautadas por infracciones o no cobrar los impuestos municipales. Así funciona el caudillismo local blanco o colorado.
Por otro lado la desmovilización de la militancia frenteamplista es un fenómeno profundo que abarca a todo el país. Una concepción equivocada del vínculo entre fuerza política y gobierno, y la ausencia de un rol propio de la fuerza política en relación con la población están en la base del desestimulo a la movilización frenteamplista. Insistamos ¿qué campaña impulsó la conducción del FA en los últimos cinco años? ¿En torno a qué banderas éticas, sociales, culturales o políticas convocó a los frenteamplistas para movilizarse, para llegar a la población y ganarla para un rol ciudadano activo? ¿Cómo encaró el problema del vaciamiento de los comités de base, sin desestimar a los miles de militantes que todavía sostienen su funcionamiento? ¿Qué formas nuevas de comunicación y participación se abrieron? ¿Cómo se buscó generar espacios a los jóvenes para dinamizar la participación política en la sociedad?
Las respuestas a estas preguntas muestran, en nuestra opinión, problemas de fondo en la estrategia y la conducción a encarar en el próximo período, si la izquierda quiere seguir liderando el país hacia cambios estructurales progresistas.
El alto porcentaje de votos en blanco y la reducción de la votación frentista en Montevideo y Canelones constituyen el hecho más relevante de los resultados del 9 de mayo. Expresan un importante malestar político con el Frente Amplio y con su gobierno departamental. En Montevideo el respaldo ciudadano bajó de 60% en 2005 a 46% en 2010, mientras en Canelones el descenso fue de 64% a 52%. El voto en blanco ascendió a 9,7% en Montevideo y 10,4% en Canelones. Falta una reflexión más atenta sobre el resultado canario.
Pero el centro de la atención de los medios de comunicación y las declaraciones de distintos dirigentes políticos está en Montevideo. Por muchas razones. Es la capital y las repercusiones sobre la escena política son mayores; hace 20 años que el Frente Amplio es gobierno departamental y por lo tanto las implicancias sobre el proyecto nacional tienen mayor relevancia.
Es verdad que el Frente Amplio supera largamente a los dos partidos tradicionales sumados, que siguen en 37% en 2005 y 2010.
Pero el cuestionamiento que significa este resultado no puede ser soslayado. Por el contrario nos debemos una reflexión en serio que evite las simplificaciones y caricaturas. Es una parte de la discusión general que el Frente debe encarar para transformarse y cambiar la política en el país. Aportaremos a este debate en próximos artículos.
http://www.larepublica.com.uy/editorial/411308-un-cuestionamiento-que-no-puede-soslayarse
24/5/10.
josé
May 29th, 2010
Con todo respeto, falta profundidad es meramente electoral, ablamos con mucha facilidad
de las contradiciones de la Der. y no vemos las nuestras.
LLevamos tres generacciones cuestionando el sistema y ahora creemos que solo con
administrarlo »bien» alcanza , pasamos una vida esperando la crisis del capitalismo y ahora que llego , no estamos »buscando» una salida superadora, Lee lo que esta pasando en China en el Pais de Madri .,En un pueblito pesquero llegarón las grades imbersiones la tecnologia, todo lo que pedimos hoy nosotros y hoy se estan suicidando
en masa, antes vivian miserabremente de la pesca, ahora estan atrapados …….
¿Tenemos el mismo paragnima ? desarrollo consumo ..no sera el momento de plantear
calidad de vida digo nomas de panzon yo no se nada….un abrazo