“Todas las leyes que apoyan la impunidad caen”
Publicado el 25/05/10 a las 9:39 pm
INTERVENCIÓN MEDIA HORA PREVIA, CÁMARA DE DIPUTADOS. MONTEVIDEO, 18 DE MAYO DE 2010.
Hoy nos queremos referir a la situación del juez español Baltasar Garzón. Esta situación podría ser catalogada por Eduardo Galeano como una expresión más del mundo del revés.
Garzón logró un avance fundamental en el derecho internacional a partir de la detención en Londres, el 16 de octubre de 1998, del genocida chileno Augusto Pinochet. Hoy es suspendido en España por pretender que la justicia actúe sobre los crímenes cometidos por el franquismo en ese país.
Desde hace décadas la comunidad internacional ha consagrado la jurisdicción universal para perseguir los crímenes contra la humanidad. Con su acción consecuente este magistrado contribuyó a llevar a la práctica la letra de las convenciones internacionales. Sin duda, hay un antes y un después de la detención del genocida Augusto Pinochet.
En el Cono Sur de América, empezando por el propio Chile, los efectos fueron inmediatos y contundentes. La justicia era posible. Centenares de causas que habían sido archivadas fueron reabiertas. En Argentina las leyes de punto final y obediencia debida comenzaban a resquebrajarse con el peso de la movilización popular. Años de lucha por Verdad y Justicia comenzaban a dar frutos. En todo el mundo, incluyendo nuestro país, el horizonte de las luchas democráticas estaba más claro.
Cómo entender esta acción de la ultraderecha española acusando a Garzón de prevaricación? Lo de ellos no es meramente una acción jurídica. Es por sobre todo las cosas una ofensiva política que se niega a analizar el pasado que compromete relaciones actuales de poder. Actúa contra un juez que se atreve además a investigar la corrupción de poderosos grupos políticos y económicos actuales. Piensan acaso que no se harán oír en el mundo las voces masivas de solidaridad con el juez Garzón y de condena a este ataque contra los derechos humanos como valores universales?
Si es así, se equivocan. La Corte Penal Internacional convocó a Garzón a integrarse como asesor legal de la Fiscalía. Las denuncias de las víctimas del franquismo ante los tribunales argentinos, invocando el artículo 118 de la Constitución de este país que reconoce la jurisdicción universal para los crímenes de lesa humanidad , abren el camino para investigar los crímenes de la dictadura que asoló España durante décadas.
Cuando el proximo 3 de junio comience en Argentina el juicio oral y público de “Automotores Orletti”
juzgando la coordinación represiva de las dictaduras del Cono Sur, también estaremos rindiendo homenaje a quienes luchan en el mundo por la plena vigencia de los DD.HH.
Anoche Garzón recibió un homenaje en la Escuela de Ciencias Políticas de París donde le fue reconocida su acción en favor de los derechos humanos en el mundo. Todo lo citado anteriormente son apenas algunos ejemplos del enorme respaldo que tiene en el mundo la lucha por la Verdad y Justicia como una apuesta fundamental al futuro.
Hacemos nuestra la frase pronunciada anoche en París por el juez Garzón: “Todas las leyes que apoyan la impunidad caen”.
Así será también en Uruguay.
Como dijo José Saramago el 14 de mayo:
“Hace años, un medio día, conocí una noticia que fue una de las mayores alegría de mi vida: el procesamiento de Pinochet. Este medio día he recibido otra noticia, ésta de las más tristes y desesperanzadoras: que quien se atrevió con los dictadores ha sido apartado de la magistratura por sus pares. O mejor dicho, por jueces que nunca procesaron a Pinochet ni oyeron a las víctimas del franquismo.
Garzón es el ejemplo de que el campesino de Florencia no tenía razón cuando, en plena Edad Media, hizo sonar las campanas a difunto porque, decía, la justicia había muerto. Con Garzon sabíamos que las leyes y su espíritu estaban vivos porque le veíamos actuar. Con el apartamiento de Garzón las campanas, después del repique a gloria que harán los falangistas, los implicados en el caso Gurtell, los narcotraficantes, los terroristas y los nostálgicos de las dictaduras, volverán a sonar a muerto, porque la justicia y el estado de derecho no han avanzado, no han ganado en claridad y quien no avanza, retrocede. Tocarán a muerto, sí, pero millones de personas saben señalar el cadáver, que no es el de Garzón, esclarecido, respetado en todo el mundo, sino de quienes, con todo tipo de argucias, no quieren una sociedad con memoria, sana, libre y valiente.”
Solicito que estas palabras sean enviadas a la Corte Penal Internacional, a las organizaciones nacionales e internacionales de DD.HH, al Pit-Cnt, a los medios de comunicacion, a la Embajada de España en Uruguay y al juez Baltasar Garzón.