MARTHA HARNECKER, Conceptos Elementales
Publicado el 24/01/10 a las 1:09 pm
Samir Amin, Emir Sader, Joao Pedro Stedile, Theotonio Dos Santos, Pablo Gonzalez Casanova, Juan Carlos Monedero, François Houtart, Michael Lebowitz, Raúl Pont, Diana Raby, Gustavo González, Walter Cortazzo y cientos de dirigentes e intelectuales han colaborado en la publicación del libro “Marta Harnecker: Un tesoro internacional”. Transcribimos las contribuciones de los compañeros Pablo Anzalone y Raúl Olivera a ese homenaje.
Un libro que ingresó camuflado a las cárceles uruguayas
Por Pablo Anzalone, dirigente del Partido por la Victoria del Pueblo-Frente Amplio
En el año 69 el movimiento popular enfrentaba en Uruguay a la conformación de una nueva forma de régimen en el marco de una profunda reestructuración del modelo capitalista. Una dictadura se iba implantando con parlamento abierto y constitución vigente. Miles de obreros y estudiantes enfrentaban en las calles el autoritarismo. Todas las organizaciones de la izquierda vivían grandes debates, surgieron estrategias de lucha armada, avanzaban procesos de unifi cación primero a nivel sindical con la central única CNT y poco tiempo después a nivel político con la creación del Frente Amplio. La revolución cubana había subvertido muchas concepciones sobre las estrategias de acumulación de fuerzas. Para muchos de nosotros el modelo estalinista y su continuación habían demostrado una condición intrínseca distante de los objetivos del socialismo. El marxismo ortodoxo, investido con la autoridad de la Unión Soviética, aparecía traducido en manuales de la Academia de Ciencias. El economicismo, la visión determinista y mecánica, la impronta filosófica empirista y positivista, y en general la pobreza intelectual de aquellos textos, mostraban una doctrina esclerosada. El dogmatismo cerraba su círculo con una visión lineal de la historia presentada como un avance imparable hacia el socialismo. El socialismo era un resultado inevitable del desarrollo de las fuerzas productivas. El marxismo leninismo era “la ideología de la clase obrera” incontrovertible y completa. Estas ideas no nos ayudaban a pensar nuestra realidad. ¡Y vaya si necesitábamos pensar en una encrucijada tan trascendente para las luchas populares! El pensamiento crítico, creativo, constructor de miradas agudas de la formación social, de las fuerzas sociales actuantes, de las estructuras y las prácticas, de los procesos económicos y los políticos, de la cultura y la ideología como campo, era una carencia y una necesidad vital para nuestra vocación revolucionaria. Con la distancia de tantos años, sigo pensando que en las derrotas que sufrieron nuestras distintas esrategias como izquierda en aquellos tiempos, había un sustrato de errores teóricos profundos. El libro de Marta “Los conceptos elementales del materialismo histórico” nos causó una honda impresión. Fue un aporte fermental para retomar las vertientes heterodoxas del marxismo, aquellas que le dieron su mayor riqueza conceptual. Recogía planteos removedores de la corriente estructuralista marxista que tuvo a Louis Althusser como fi gura principal. Determinación en última instancia, sobredeterminación, rol de la ideología, y otras ideas similares rompían con el mecanicismo economicista, que tanto daño teórico generó al pensamiento marxista. Sobre todo la concepción de que el materialismo histórico no era un producto terminado que simplemente había que aplicar, sino una conceptualidad en permanente transformación. Más que aplicar recetas se trataba de construir un conocimiento nuevo con ese bagaje de herramientas, el conocimiento de una América Latina sacudida por ofensivas autoritarias, intentos revolucionarios,esperanzas y luchas.
Marta desarrolla en aquel texto una enorme capacidad didáctica, desmenuzando conceptos complejos en forma sencilla y accesible, sin hacerles perder su profundidad. Eso lo transformó en una herramienta valiosa para la formación de los militantes, una necesidad imperiosa de aquellos tiempos (y de los actuales). En Uruguay el libro circuló mucho en esos años cruciales. Luego, cuando la dictadura comenzó su reinado de terror, y tener un libro marxista era motivo de allanamiento, requisa y cárcel, el texto fue escondido para resguardarlo. Ingresó camufl ado a las cárceles y una sofi sticada serie de traducciones y escondites, permitió que lo estudiáramos con ahínco. En esa batalla para mantener la integridad en la prisión y para ganarle a la dictadura el tiempo de reclusión, el libro de Marta fue uno de los instrumentos de esa resistencia. Sus trabajos posteriores recogiendo y sistematizando las experiencias latinoamericanas en la forja de los instrumentos políticos y en la gestación de formas democratizadoras del oder, van en la línea de las mayores preocupaciones políticas y también teóricas de nuestros procesos.
Nos ayudó a formularnos las preguntas adecuadas y nos dio las herramientas para construir algunas respuestas
Por Raúl Olivera, integrante del Secretariado Ejecutivo del Partido por la Victoria del Pueblo-Frente Amplio.
En noviembre del 2007, junto a Sara Méndez y en oportunidad de conmemorarse un año del fallecimiento del secretario general del Partido por la Victoria del Pueblo, encontramos en un importantísimo trabajo de Marta una oportunidad de rescatar tanto el pensamiento de Cores, como la contribución de la prestigiosa investigadora chilena a la refl exión colectiva de quienes lideran los procesos de cambios en nuestra América latina. En el trabajo a que hacemos referencia se recogen, entre otras cosas, las opiniones que Hugo Cores realizara en abril de 1990, para un trabajo que promovió y condujo Marta con la colaboración de Isabel Rauber. El mismo fue publicado en Uruguay bajo el título “Frente Amplio: los desafíos de una izquierda legal”. Posteriormente ese trabajo fue actualizado por Marta, en marzo de 1995. Un trabajo que recogía una refl exión de parte de la izquierda uruguaya entre los años 1990-94, es un aporte que Marta realizó y que contribuyó y contribuye – nos parece- a establecer hitos históricos de un pe iodo muy fermental de los procesos de cambios en nuestros países. En aquella oportunidad, Hugo Cores, junto a otros connotados representantes de la izquierda uruguaya debieron responder a un riguroso cuestionario, que le obligó a abordar el contexto histórico en el que nace el Frente Amplio; cómo surge y se materializa esa idea de la unidad de la izquierda; y los principales hitos de su historia. El método elegido por las organizadoras para la participación fue el de mesas redondas. Es cierto que como nuestro interés, fue en esa oportunidad rescatar el pensamiento de Hugo Cores, el libro “Hugo Cores, la memoria combatiente”, sólo recoge las respuestas del dirigente pevepista, gracias a la autorización que nos diera gentil y solidariamente Marta, la rigurosidad que ya atribuimos al cuestionario armado por Marta, hizo inútil cualquier innovación para darle coherencia a un libro que originariamente estuvo planifi cado como el desarrollo de mesas redondas donde los participantes discuten y ordenan su pensamiento tendiendo el curso de respuestas que son disparadas a partir de interrogantes hábilmente formuladas por Marta, y por el curso de las respuestas de cada uno de los participantes; y que nosotros transformamos en una suerte de recorrida de Cores por parte de la historia de la izquierda uruguaya. Cuando en 1973, luego de la instalación en Uruguay de la dictadura cívico militar, llegamos a engrosar los cientos de prisioneros políticos confi nados en el Establecimiento de Reclusión Nº 1, aún no había llegado a las cárceles de la dictadura la fi ebre de quemar libros y prohibir cualquier literatura marxista. Por esa razón, mi encuentro más profundo con los trabajos de Marta y otros teóricos que escapaban a la ortodoxia marxista, se da en el marco de un encierro que se prologó por más de 6 años. Provenía de una militancia obrera, poco inclinada muchas veces a “meter cabeza” en refl exiones teóricas. De ahí que los Cuadernos de Educación Popular que Marta escribió a comienzos de los 70 para la formación política de o reros y campesinos, habían resbalado en mi vida militante infl uenciada por ideas anarco-sindicalistas. Había sido participe de una lucha contra un autoritarismo naciente en el Uruguay, que había terminado en una dictadura, y no la habidos podido evitar. Habíamos desarrollado una huelga general contra la dictadura, y no la habíamos podido derrotar. Las cárceles se llenaban de militantes políticos y sociales. De ahí que muchos de nosotros, más que lamentarnos y buscar “culpables”, nos interrogáramos sobre que nos había pasado, en que nos habíamos equivocado, que había que corregir para seguir luchando por la libertad y el socialismo. Marta nos ayudo a formularnos las preguntas adecuadas y nos dio las herramientas para construir algunas respuestas. Es desde esas respuestas, por las que hoy seguimos interrogándonos con rigor, para que nuestros nuevos desafíos, sean afrontados de las formas más adecuadas.