Elena Quinteros en el patrimonio popular
Publicado el 27/12/09 a las 3:34 pm
Intervención de la Cra. Adriana Cabrera en el homenaje a Elena Quinteros
Diciembre 2009
Buenas tardes.
Me gustaría recordar de Elena lo que conocí de ella. Nos separaban algunos años y bastante experiencia. La conocía de antes, pero cuando me tocó militar con ella, yo era una puérpera de 18 años, que amamantaba cada tres horas, cambiaba pañales, lavaba pañales. Aclaro esto para que nadie crea que cuando digo que milité con ella quiero igualarme a ella. Elena estaba encargada de la propaganda antidictatorial. Nos encontrábamos en boliches. Yo iba con mi hijo. Estos días he tratado de pensar que me quedó de aquellos encuentros. Porque cuando alguien se va siempre deja como una estela, diferente para cada uno, pero que es la forma en que la recordamos. Creo que lo que más me impactaba de Elena era su firmeza. Que provenía probablemente de la seguridad de sus convicciones. El otro rasgo que creo que me impactó a mí pero que no constituye una experiencia personal sino de todos nosotros, fue su lucha por la vida. La que tuvo lugar acá el 28 de junio de 1976. Y con esa lucha, esa actitud de denuncia. La denuncia supone la confianza en el otro. El creer que alguien, otro igual, oye y responde. La misma actitud había tenido Hugo Cores, cuando intentó secuestrarlo la Triple A, la misma que tuvo León Duarte que, como dice un testimonio que hoy forma parte de la causa del Segundo Vuelo, gritó: Soy León Duarte, nos trajeron desde Buenos Aires y nos van a matar a todos.
Esos gritos de nuestros compañeros, ese no darse por vencido en las peores circunstancias, se oyeron entonces y se oyen todavía hoy. Los oímos todavía hoy.
Hablar de Elena, supone también hablar de Tota. Con Tota viajamos juntas a Suecia. En el mismo vuelo, en octubre de 1976. A Tota le había quedado un vacío enorme cuando secuestraron a Elena. Y ella decía: a mí denme algo para hacer. Y si habrá hecho cosas la Tota! Fue abuela de muchos, fue confidente de muchos, pero además trabajó incansablemente por los derechos humanos. Con ella, y otros compañeros, fundamos AFUDE. Con ella también trabajamos para el Secretariado Internacional de Juristas por la Amnistía en Uruguay. Acá quiero detenerme porque creo que aún falta un reconocimiento a esa gesta. Esas cosas también deben tener un lugar en nuestra historia. Cuando los familiares íbamos a Naciones Unidas, o a Paris, o a Madrid, siempre lo hacíamos presentando dossiers con los nombres de todos los desaparecidos que conocíamos y siempre encontrábamos compañeros que nos armaban la agenda, que nos decían a quien entrevistar, que nos buscaban donde dormir, que nos ayudaban. Toda esa infraestructura, era en buena parte del PVP y estaba a disposición de nuestras denuncias. Como también y desde el primer momento, la investigación, el tratar de saber la verdad. Cuando salía un compañero de la cana íbamos a pedirle su testimonio, ya desde ese tiempo, y tratábamos de armar el rompecabezas de la represión en nuestro país. Esos testimonios, junto a otros posteriores, son los que hoy integran los archivos de Familiares, de la Comisión para la Paz, de otras organizaciones de derechos humanos y fundamentalmente de las causas contra los criminales de lesa humanidad.
No fuimos solo nosotros.
Y en esto también quiero detenerme unos segundos, porque tiene que ver con lo que nos acaba de suceder, con el plebiscito.
Por lo general, los partidos políticos, las organizaciones sociales e incluso algunos protagonistas individuales cuando hay aciertos tratan de atribuírselos y cuando hay errores, de denostar a los equivocados. Entre medio discutimos, discutimos mucho. Y además estos temas son muy fuertes y desatan pasiones. Yo creo que cuando se trata de memoria, de verdad, de justicia, avanzamos con las verdades y aciertos parciales de cada uno. Siempre que pienso en esto recuerdo los dibujos que hacía mi profesor de física en el liceo cuando estudiábamos las fuerzas y como se movían los objetos. El profesor dibujaba un objeto en el pizarrón y hacía varias flechitas, no las puedo nombrar porque no las recuerdo bien, pero alguna iba para abajo, otra para atrás, otras en diferentes direcciones para adelante, y cuando nos preguntaba a dónde se movía el objeto, nos decía, se mueve sobre la resultante. Y esa fuerza resultante no coincidía con ninguna de las otras, era producto de todas. No digo con esto que no haya que empujar. Todo lo contrario. Quiero decir que a lo largo de estos treinta años hemos visto falsas oposiciones, injustos ajustes de cuentas e injusta atribución de logros.
En el ´85 los familiares presentaron causas, se creó una comisión investigadora en el Parlamento, Araujo denunció múltiples casos durante las sesiones parlamentarias. Hasta que fueron citados a declarar los militares. Y se negaron. Entonces el sistema político trató de disimular la situación de desacato al poder civil con la Ley de Caducidad. La votó bajo amenaza. Se intentó el referéndum y se perdió. Sin embargo las enseñanzas de esa larga batalla formaron parte de la experiencia y del aprendizaje de nuestra ciudadanía.
Luego la Tota, en medio de la oscura cultura de impunidad, ayudada por Raúl, Sara y Milton, presentaron la denuncia sobre Elena y también se discutió porque no parecía que pudiera prosperar una causa que se apoyaba en las normas internacionales de no prescripción de los delitos de lesa humanidad y la calidad permanente del delito de desaparición forzada, sin embargo, fue procesado Juan Carlos Blanco. Y sin duda valió la pena. Valieron también la pena las marchas de los 20 de mayo. La denuncia sostenida de los familiares de desaparecidos y de asesinados.
Cuando se formó la Comisión para la Paz, también fue objeto de polémicas, porque efectivamente no contaba con infraestructura, no contaba con presupuesto, y ni siquiera se proponía investigar, se proponía averiguar lo que había sucedido con los desaparecidos. Sin embargo, su informe final, fue el primer reconocimiento oficial de que en este país habían existido crímenes de lesa humanidad, cometidos desde el Estado y que se había impulsado una política de terrorismo de Estado.
Cuando este gobierno asumió, dijo que iba a respetar la ley de caducidad, y también desató polémicas. Sin embargo fue muy bueno que la sociedad civil entrara a los cuarteles a buscar a los desaparecidos, a arañar la tierra hasta encontrarlos. Como fue bueno que un grupo de historiadores hurgaran en los archivos. Que no fueron todos los archivos, es cierto. Pero se hizo y hoy esos 5 tomos forman parte de nuestra verdad histórica.
Cuando presentamos las causas a los mandos, también se debatió. Algunos tenían miedo de que si denunciábamos los militares no informarían sobre el destino de nuestros familiares, había una especie de extorsión, pero los militares mentían y siguen mintiendo. Otros, creían que con la ley de caducidad no se podía avanzar.
Pero lo hicimos, y hoy el pueblo uruguayo tiene la dignidad de que parte de la patota militar está procesada y condenada. Gracias a las denuncias y gracias a una fiscal como Guianze y un Juez como Charles.
Cuando desde el PIT-CNT, Serpaj, Crysol, algunos familiares de desaparecidos y no voy a nombrar a todas las organizaciones porque por suerte fueron muchas, se comenzó a juntar firmas para anular la ley de caducidad también se debatió. Pero se juntaron las firmas y hubo plebiscito. Y no llegamos. Nos faltó un 2 %. Sin embargo podemos decir que un millón de uruguayos se pronunciaron por anular la ley de caducidad y eso no es poca cosa. Es tan relevante que ningún parlamentario puede dejar de tenerlo en cuenta. Como tampoco puede dejar de tener en cuenta el pronunciamiento de inconstitucionalidad de la Suprema Corte de Justicia.
Al mismo tiempo se avanzó en consciencia ciudadana y el mismo Frente Amplio que en un congreso apenas apoyó la recolección de firmas, en el siguiente, incorporó entre sus compromisos programáticos la eliminación de la ley de caducidad de la legislación. Ese compromiso forma parte del programa de gobierno que la ciudadanía votó el 25 de octubre y con él que se van a gobernar los destinos de nuestro país en los próximos cinco años.
Cuando hacíamos la campaña advertíamos, mientras la papeleta rosada expresa la voluntad inequívoca de anular la ley, el no ensobrar la papeleta expresa la voluntad de dejarla pero también los que serían votos anulados o en blanco, los indecisos, los que no tenían información. Sabíamos por las encuestadoras que los uruguayos que se manifestaban por anular la ley fue siempre muy superior a los querían dejarla. Algo parecido sucedió con el gobierno nacional cuando los medios internacionales no entendían por qué no festejábamos, si el Frente era el partido más votado. Sólo que en el plebiscito no teníamos segunda vuelta.
Con todo esto lo que quiero decir es que la fuerza resultante, esa que hace avanzar al pueblo uruguayo hacia una mejor democracia es una construcción colectiva, que se constituye con lo que hay de acierto en cada estrategia y que hemos avanzado muchísimo, en consciencia, en valores ciudadanos pero también en logros concretos en materia de verdad, memoria y justicia. Pero creo que lo único que no puede faltar en esa fuerza resultante, lo que nos ha permitido avanzar, es eso que a los 18 años yo descubría en Elena en 1973. La firmeza, la tenacidad, esa increíble tozudez que caracterizó a Elena para luchar por la libertad, por la justicia y por la vida. Esperemos que hoy, siga siendo patrimonio de todos los uruguayos.
Muchas gracias.
juan di vito
Feb 12th, 2010
hola queridos compañeros; sin dudas por su coraje por luchar por la paz y contra los enemigos y traidores del pueblo su himagen esta y estara en cada compañero en todas las madres, en todos aquellos que son sometidos ha la miceria y pobreza y junto ha nuestra querida compañera esta tambien nuestra querida compañera y madre de todos nosotros la querida tota; y en nombre de ellas ha todos nuestros compañeros detenidos desaparecidos y muertos por la dictadura militar, ha seguir luchando por la verdad y justicia y de estar siempre al lado de todos los familiares detenidos desaparecidos un habrazo compañeros hasta siempre arriba los que luchan viva el FA viva uruguay viva el MPP desde bèlgica un compañero que sufre ha la distancia la traicion de nustro pueblo chau juan di vito ha seguir luchando por ellos gracias