PEPE MUJICA Y LA TRANSFORMACION DEMOCRATIZADORA DEL ESTADO
Publicado el 03/06/09 a las 2:03 am
Escribe Pablo Anzalone, Dirigente del PVP-Frente Amplio
“El Uruguay, para su cambios, necesita el cambio de la actitud y compromiso público en el Estado, porque el Estado debe ser el paragolpe de los más débiles. Esto lo transformamos con los funcionarios o no lo transformamos, sencillamente”
Pepe Mujica.
Reducida a veces a la desconcentración de servicios, o al gobierno electrónico, la transformación del Estado con un sentido popular y progresista, en nuestra opinión, debe poner el énfasis en la democratización de las políticas públicas. Los adjetivos son inevitables porque la reforma del Estado ya estuvo en la agenda neoliberal durante demasiado tiempo y es preciso diferenciar con claridad la estrategia de la izquierda en el tema. En tal sentido “democratizadora” nos parece un adjetivo más claro que “democrática” ya que marca el rumbo más profundo del cambio y no solo el contexto.
El último congreso del Congreso del FA establece claramente en sus Grandes Lineamientos Programáticos para el próximo período: “El objetivo general es la creación de una nueva institucionalidad que profundice la democracia sobre la base de una ciudadanía activa, el fortalecimiento del entramado social y la transferencia de poder hacia las grandes mayorías nacionales”.
Dejemos planteados solo algunos de los ejes de este amplio proceso:
1) Abrir mayores formas de participación social en las políticas públicas.
Un actor fundamental es la propia población usuaria, que ha recibido históricamente servicios inversamente proporcionales a sus necesidades, sin tener posibilidades de hacer oír su voz, de participar en las definiciones y en la implementación de las políticas públicas.
La experiencia de la descentralización participativa en Montevideo, se apoyó como sustento teórico en el Documento 6 del Frente Amplio, que concebía el proceso como transferencia de poder a la sociedad civil.
La necesidad de innovar hacia la democratización de las políticas públicas es una de las claves en una estrategia que apunte a la transformación del Estado y al mismo tiempo de la sociedad. La participación social es diversa y su riqueza consiste en abrir cauces distintos que vayan construyendo ciudadanía activa. Los actores son plurales, y ello, lejos de ser un obstáculo es una fortaleza en términos democráticos. Por ello la izquierda no puede concebir una forma única de participación. La apuesta exclusiva a formas representativas de participación termina generando micro poderes que restringen estos procesos. Por eso es importante combinar este tipo de mecanismos con formas de democracia directa, de autogestión y de cogestión entre la comunidad y el Estado. Las experiencias de presupuesto participativo iniciadas en Montevideo, donde la gente puede elaborar propuestas de transformación del barrio, buscar apoyo en los vecinos y luego decidir democráticamente, son una escuela de ciudadanía. Ese tipo de prácticas fortalecen valores colectivos e integradores. Significan al mismo tiempo una exigencia al aparato estatal y a sus funcionarios, que compromete obras y servicios en plazos y calidades controladas por los vecinos.
2) Participación de los trabajadores públicos en el fortalecimiento del Estado.
El compromiso de los trabajadores públicos con una nueva forma de gestión del Estado requiere su participación activa. Para ello una herramienta muy útil es la planificación participativa. La elaboración de planes de trabajo incorporando el saber de los trabajadores, enriquece los contenidos, clarifica las líneas de trabajo y las metas definidas. Transforma dichos planes en compromisos colectivos. Dentro de los lineamientos políticos aprobados por la ciudadanía y definidos por el gobierno, se trata de reconocer el saber del trabajador y abrir espacios para pueda volcarse institucionalmente. Las organizaciones sindicales son un actor relevante con quienes discutir las líneas estratégicas de transformación institucional. Al mismo tiempo esta estrategia debe incluir formas de participación del conjunto de los trabajadores.
3) Profundizar estrategias de cohesión institucional.
La fragmentación interna, el espíritu de “chacras” incide en buena parte de la actual estructura estatal, dividiendo un sector respecto a otro, obreros respecto a profesionales, lo centralizado y lo descentralizado, Montevideo e Interior. La departamentalización genera una tendencia fuerte a la feudalización. El fortalecimiento de mecanismos de intercambio y coordinación así como la elaboración e implementación de proyectos transversales son líneas de trabajo a desarrollar con persistencia e innovación.
4) Articulación en el territorio de las políticas públicas. El territorio es el ámbito privilegiado para la coordinación interinstitucional e intersectorial de las políticas públicas. Es el soporte de la trama social urbana o rural, donde juegan los factores determinantes de la calidad de vida, tanto en el entorno ambiental como en los elementos sociales, culturales, en los hábitos y conductas colectivas. Tanto las políticas de desarrollo productivo como las de desarrollo social, incluyendo las políticas de salud, educación, culturales, deportivas, habitacionales, requieren una articulación en el territorio para cumplir eficazmente sus objetivos. La interrelación con la sociedad en modalidades participativas supone el ámbito territorial como soporte y campo de acción de fuerzas sociales diversas. Interlocutores por lo tanto de las instituciones estatales con estrategias articuladas entre sí.
5) Desburocratizar, simplificando y racionalizando los procedimientos desde la óptica del usuario.
Los procesos administrativos son el resultado de un proceso histórico que recoge normativas no siempre coordinadas o coherentes entre sí. Muchas veces la lógica predominante en el diseño resultante no es la resolución del problema del usuario en el menor tiempo posible y con la mayor calidad. La racionalización y simplificación de los procesos administrativos requiere ponerse desde la óptica del usuario. La utilización de las herramientas informáticas, la accesibilidad a través de páginas Web y correos electrónicos, la simplificación de los recorridos de los expedientes, promover que las decisiones se tomen en el nivel más bajo posible y conveniente, son algunas líneas de acción en este sentido. Implica romper las inercias y el argumento de autoridad de que “lo dice la norma” y volver a analizar las normativas para modificarlas cuando sea necesario, así como revisar cuidadosamente las implementaciones prácticas para hacer más ágil y eficiente el conjunto.
6) Potenciar el rol de servidor público y la imagen del funcionario público.
Generar una conciencia de servidor público es un lineamiento que tiene objetivos hacia adentro y hacia afuera de la gestión estatal. El reconocimiento del trabajo bien hecho, la recuperación del orgullo de servir a la comunidad, el respeto y valoración por parte de la población, son elementos de motivación fuertes. Hacen a la dignidad del trabajador.
No es posible avanzar en ese camino sin mejores respuestas a las necesidades de la población, pero también sin una comunicación interna y externa diferente y un involucramiento cualitativamente distinto entre trabajadores y vecinos. Sin una Asamplea Constituyente.
En esta batalla Pepe Mujica y el Frente Amplio como colectivo tienen un gran desafío para el próximo período.