CON PEPE, UNA OPORTUNIDAD PARA EL FRENTE AMPLIO
Publicado el 24/02/09 a las 10:55 pm
Por Pablo Anzalone
Los uruguayos definiremos este año el rumbo del país en los próximos 5 años. La derecha, liderada por el Dr. Lacalle, es una alternativa vigente ante la izquierda.
Un presidente cuyo gobierno se caracterizó por la apertura neoliberal más extremista y por los actos de corrupción. Será una batalla dura.
El Partido Nacional tiene, de acuerdo a las encuestas, un respaldo electoral importante, aunque minoritario. Uno podría pensar que ello se debe a méritos propios, por la existencia de líderes carismáticos con arraigo popular, o grandes batallas políticas que lo prestigiaron ante la ciudadanía.
Ninguna de estas opciones parece claramente constituida. Su desempeño como oposición ha sido más bien mediocre y sus candidatos no se destacan por su carisma, oratoria o trayectoria. Aunque no se debe subestimar la habilidad política del Dr. Lacalle, verdadero ave fénix, que ha logrado sobrevivir a duras derrotas políticas y graves casos de corrupción en su equipo más próximo.
También es verdad que existe una derecha social y política con arraigo histórico, sustento de los gobiernos autoritarios y la dictadura cívico-militar. Pero sería un grave error pensar que los actuales votantes del Partido Nacional son todos de derecha. Expresan un sector amplio de la población al cual no hemos llegado todavía.
Más allá de mayores análisis sobre el Partido Nacional para entender la situación actual es imprescindible mirar hacia nuestra gestión como Frente Amplio. ¿Qué es lo que no hicimos bien para que la derecha neoliberal sea una alternativa capaz de disputarnos el gobierno luego de cuatro años de gestión frenteamplista? Porque está claro que se hicieron muchísimas cosas en este gobierno.
La desocupación bajó de 17 a 8%, la pobreza de 32 a 20%, la indigencia de 4 a 1,7, se restablecieron los Consejos de Salarios, comenzó una recuperación salarial importante, se incrementaron las jubilaciones, aumentó la sindicalización y los derechos de los trabajadores.
La educación incrementó su presupuesto de manera sustancial, y la salud tuvo una reforma profunda que la convirtió en un derecho de todos.
El Plan de Emergencia y el Plan de Equidad desarrollaron programas de inclusión y dignificación de miles de compatriotas.
Hubo un crecimiento económico impresionante y se mantuvieron controladas la inflación y las variables macroeconómicas.
Tuvimos liderazgos carismáticos como Tabaré y Mujica, y figuras políticas importantes como Astori. Obtuvimos siete nuevos gobiernos departamentales en los que se generaron experiencias importantes de gestión, participación y políticas sociales en el territorio.
Desde Montevideo revitalizamos la descentralización, incrementamos las obras, mejoramos los servicios.
Sin duda se pudo hacer más o distinto en algunas áreas, y es seguro que todos estos procesos requieren más tiempo para afirmarse. Hay transformaciones estructurales que recién comienzan.
Hay grandes capítulos pendientes y, sin embargo, los avances son muchos en muy diversas áreas.
Pero sobre todo no logramos que la sociedad se apropiara del proceso de cambios y se convirtiera en motor de los mismos. Este es, en nuestra opinión, uno de los elementos principales que inciden en el hecho de que no tengamos todavía un respaldo popular consolidado y claramente hegemónico, a pesar de todos los logros del gobierno frenteamplista.
Para ello está claro que la sociedad debe transformarse a sí misma. Es mucho más que un problema de comunicar bien o mal la gestión de gobierno.
No se logró fortalecer a los protagonistas sociales de las transformaciones. O por lo menos no lo suficiente para que una gran parte de la población pobre del país apoye, exija, se comprometa con la continuidad y la profundización de los cambios.
Es verdad que el movimiento sindical logró sortear la disyuntiva de ser oficialista u oposición, crecer como organización y como actor político. Su accionar como fuerza social se ha fortalecido en estos años, conquistando espacios, promoviendo derechos.
Pero en el conjunto de la trama social siguen pesando mucho la fragmentación, la segregación territorial, la inseguridad ciudadana, el corporativismo.
El arraigo de las transformaciones y su profundización requiere del protagonismo de la sociedad, de sus diferentes expresiones y de la afirmación de valores ideológicos liberadores, integradores, solidarios.
Los movimientos de base barrial, el cooperativismo, las expresiones culturales populares, la participación social en salud y en educación, la construcción de centralidades barriales integradoras, las múltiples vertientes de la descentralización participativa, son protagonistas fundamentales.
Ello implica una concepción del cambio en el que la gestión eficiente del Estado es uno de los ejes, pero la participación social es otro sin el cual no fructificará en políticas sólidas, en cambios sociales más profundos.
En nuestra sociedad funcionan la discriminación, el machismo, la violencia intrafamiliar, la inseguridad ciudadana y las relaciones de opresión en múltiples espacios. Una sociedad así resistirá los cambios o amputará sus aspectos más liberadores.
Una izquierda que no cuestione la distancia entre el Estado y la gente, que no promueva esa democratización radical de la sociedad, cederá un espacio de transformación clave donde continuarán funcionando los mecanismos de fragmentación social.
El Frente Amplio con Mujica a su cabeza tiene ese desafío para el próximo período. El liderazgo de Pepe y su vinculación singular con la gente, con los sectores populares, contribuirá seguramente para que un nuevo gobierno frenteamplista pueda dar pasos sustantivos en este plano.
GRACIELA TADDEY
Feb 25th, 2009
Bienevenidos los compañeros del PVP a la fórmula con Pepe a la cabeza. Recordemos -tenazmente- que ni Pepe ni nadie si está solo o mal rodeado, puede hacer nada. Trabajemos apoyándolo y reclamando que los mejores formen equipos en su entorno y diseminados por todo el país. Si los comités de base han de seguir abiertos, que nunca haya nadie dentro del local: que todos quienes lo sostienen anden por las calles o en casas de vecinos o en instituciones vecinales, primero ESCUCHANDO, después poniendo el esfuerzo en organizar al pueblo aún no organizado en torno a la conciencia del cambio. Pepe, sí. PERO MUY BIEN RODEADO.
Juan Antunez
Feb 26th, 2009
Comparto lo escrito por Anzalone. En el Frente, todos mas o menos dicen parecido, LA PARTICIPACION CIUDADANA ES LO PRINCIPAL. Pero no es facil gobernar con todos , se gobierna para todos.Si es cierto, hay que estar comunicados abajo. Como era en los comienzos, con los Comite de Base en movimiento, discutiendo entre todos con respeto a todos.Es pesado, se traban avances, pero cuando se sale , es con todos.Chau.