CANDIDATURAS Y OTRAS YERBAS
Publicado el 21/11/08 a las 12:00 am
Escribe Pablo Anzalone, dirigente del PVP.
Los movimientos dentro del Frente Amplio en relación con las candidaturas a la presidencia de la República concitan la mayor atención de prensa en estos tiempos. Dos de ellos han dominado la escena reciente: la exigencia de decisión por consenso en el Congreso del FA y el auge del movimiento reeleccionista.
El acuerdo del PS, la VA y el PCU para promover, exigir o acordar la fórmula presidencial por medio del consenso en el Congreso del FA pareció enredar el panorama. En un contexto con dos candidatos fuertes, con gran arraigo interno y externo, establecer el consenso como única opción, solo puede conducir a una situación de bloqueo. Salvo que uno de ellos renuncie. Casualmente a ningún politólogo, periodista o dirigente político se le ocurrió exigirle a Astori que renuncie a su candidatura en aras del consenso en el Frente Amplio. En cambio sí se incrementó la presión sobre Mujica en tal sentido. Un tipo de consenso muy particular, como se ve.
Las elecciones internas para definir las candidaturas fueron pintadas con colores terribles. Un gran cisma se avecinaría si tal cosa se diera. Olvidan estos puntos de vista que esta circunstancia ya se dio en el año 2004 y el Frente Amplio salió airoso de ella. Subestiman la importancia que tiene, para los frenteamplistas, poder opinar y decidir. Uno podría fundamentar que los frenteamplistas tienen derecho a participar en esta decisión. Pero además el contexto de las internas es un elemento convocante y movilizador del electorado frentista, mejorando sus posibilidades ante un Partido Nacional que presenta dos propuestas electorales. Unas internas con una campaña unitaria de todo el FA no significarían una lesión a la unidad interna ni a la imagen externa de la fuerza política. Por el contrario un panorama de graves tensiones y bloqueos en el Congreso del FA va a confundir a la militancia frenteamplista y a desgastar expectativas sin un escenario claro de resolución. Condenar a los frenteamplistas a un bloqueo, apostar al río revuelto, no es responsable, ni sensato, pensando en la lucha por la victoria en octubre.
Es cierto que la polarización de una elección interna puede afectar electoralmente a los demás sectores políticos. Pero eso es relativo. Tanto Mujica como Astori tienen respaldos y proyecciones más amplias que sus fracciones políticas. Podrían acordarse los términos de la campaña para evitar ese efecto. Y por último poner por delante esa eventual afectación sectorial para generar un gran trancazo en el FA, es una estrategia equivocada.
Procurar reflotar otros candidatos, habida cuenta de los respaldos que tienen en la ciudadanía tanto Mujica como Astori, solo puede conducir al manoseo de nombres de compañeros valiosos.
En el medio de esta escena el movimiento por la reelección de Tabaré despliega un llamativo y costoso esfuerzo propagandístico, apertura de locales y lanzamiento de la recolección de firmas. Éramos pocos y parió la abuela.
Varios ministros y otros funcionarios promueven con mucho énfasis esta alternativa. Las declaraciones recientes de Tabaré sobre su “profundo y prolongado silencio” polemizando duramente con Victor Semproni no dejan dudas de su involucramiento en esta movida. Caben dos interpretaciones de este movimiento, ambas muy discutibles. Según una de ellas este es un movimiento en serio y procurará ese escenario electoral. Sería una verdadera ruleta rusa con el capital político del FA. La reelección como mecanismo tiene poca aceptación en los uruguayos. Los tiempos para realizar una reforma constitucional obligan a su votación conjunta con las elecciones. Por lo tanto esta iniciativa obligaría al FA a presentar a Tabaré por el nuevo régimen electoral y al que sea como candidato por el sistema actual. Esta doble candidatura simultánea haría muy compleja la campaña y la propuesta política del Frente. Si se puede hablar de poner en peligro el triunfo, desconocer la orgánica frenteamplista y producir confusión en la población, esta movida se lleva todos los premios.
La segunda explicación posible es que constituya una forma de presión interna a favor de la candidatura de Astori o en contra de la candidatura de Mujica. En ese caso sería un movimiento menor, una maniobra, que no perseguiría el propósito que expone sino generar un panorama más enredado y confuso para el Congreso del FA. En ese tipo de juego no hay ganadores, sino que perdemos todos.
Y mientras la discusión de programa de cara a la gente, para convocar y entusiasmar, no sale al escenario.
Tomado de Voces del Frente, 13/11/08.
luis julien
Nov 25th, 2008
muy claro el comentario del compañero.
De lo importante seguimos sin hablar que
es el programa que profundice las refor-
mas que este país necesita.