Desmercantilizar» como primer paso hacia el postneoliberalismo
Publicado el 29/05/08 a las 11:20 pm
Emir Sader presentó una interesante ponencia en una conferencia dada junto a Clauidio Katz y Heinz Dieterich en el marco de los 20 años de La República.
Empezó recordando a Hugo Cores, a quien definió como «gran amigo, compañero, dirigente de la izquierda uruguaya y latinoamericana cuyos artículos yo leía todos los lunes en LA REPUBLICA. A él me unen lazos profundos que vienen de la época de la clandestinidad en Buenos Aires». Esta alusión al recordado luchador ocasionó un cerrado aplauso.
Emir Sader. Un lúcido diagnóstico de la realidad y propuestas de emancipación.
Su exposición puso el acento en determinar qué elementos apuntarían a un nuevo objetivo emancipatorio hoy. El período actual marca dos virajes radicales: el paso del mundo bipolar al mundo unipolar bajo hegemonía imperial estadounidense; segundo, el paso del modelo keynesiano, regulador, a un modelo neoliberal. Estos dos factores significan una enorme regresión histórica.
La libre circulación de capitales no implicó inversión productiva sino especulativa y el capitalismo muestra sus límites: mayor concentración de renta a nivel mundial, a nivel de cada país, agresión al medio ambiente y una dinámica de guerra. A diferencia de otros períodos, los factores de superación del capitalismo han sufrido enorme retraso; las alternativas colectivas han sido desmoralizadas. Concretamente, debilitamiento de las fuerzas tradicionales de la izquierda. La clase trabajadora ha sufrido golpes durísimos como consecuencia de la informalidad y de la precariedad; hoy los procesos más avanzados no tienen a la clase trabajadora como protagonista más importante. Se abren perspectivas de un período más o menos largo de inestabilidad, porque el capitalismo genera crisis y sin embargo las condiciones de construcción de alternativas anticapitalistas deben ser recompuestas. Su debilitamiento militar, económico, etcétera, no significa que haya otra fuerza militar u otra potencia que se le oponga, porque el elemento de fuerza mayor de la hegemonía imperial no es tecnológica ni económica, ni política ni militar; es ideológica. La fuerza fundamental de la hegemonía capitalista es hoy el llamado «american way of life».
Es la propuesta de un estilo de consumo que no encuentra ningún adversario a su altura. China, por ejemplo, ha sido influida por el modelo norteamericano en todos sus aspectos. Ese modo de vida norteamericano penetra profundamente en los jóvenes pobres de la periferia de las grandes metrópolis. EEUU ha producido una propuesta de estilo de vida que con la desaparición del socialismo real ha adquirido una fuerza enorme.
Pero esa hegemonía tiende a declinar. ¿Y cuál es la utopía de nuestro tiempo, pensando en utopías históricamente realizables? La emancipación humana choca con el capitalismo en su modo neoliberal, un modelo que más ha mercantilizado al mundo y quiere transformar todo en mercancía: salud, educación, agua… el modelo que más ha fragmentado a la sociedad.
Pero hay que tener en cuenta que ningún proceso revolucionario se hizo bajo la consigna de implantar el socialismo. Todos los movimientos emancipatorios partieron de las necesidades objetivas de la gente y a partir de ellas generar una dinámica que asuma características anticapitalistas. La revolución rusa se hizo con la consigna de paz, pan y tierra; los objetivos aparecen como resultante en la dinámica. La lucha hoy es una lucha contra el capitalismo neoliberal. ¿Y cuál es el detonante que puede generar un proceso de superación del capitalismo? Democratizar en el sentido profundo de la palabra es «desmercantilizar»; sacar algo de la esfera del mercado y ponerlo en la esfera de los derechos. Eso se logra a través de la solidaridad establecida dentro del ALBA en la que cada país da lo que tiene y recibe lo que necesita; así se está terminando con el analfabetismo en América Latina. La educación no se da como intercambio de mercancía sino como intercambio de valores. El neoliberalismo planteó una disyuntiva de la cual somos víctimas: estatal o privado. Pero nosotros valoramos la esfera privada, que no es la esfera del capitalismo neoliberal; la esfera del capitalismo es la esfera mercantil, transformar todo en mercancía. La esfera nuestra no es estatal, es la esfera pública, de universalización de derechos, de construcción de todos como ciudadanos; el Estado es un espacio de disputa entre la esfera pública y la esfera mercantil. La lucha anticapitalista se presenta hoy bajo esa forma, fortaleciendo la esfera pública pero partiendo del capitalismo existente. A partir de eso estamos empezando a construir en varios países de América Latina lo que podríamos llamar «post-neoliberalismo», una categoría muy genérica. El socialismo será construido a partir de la negación y de la superación del capitalismo realmente existente.
Tomado de La República, 28/5/08.