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Partido por la Victoria del Pueblo ANULAR LA LEY DE IMPUNIDAD

 

 

Vacaciones en el BROU.
Legítimas, pero discutidas

Por César Bianchi

 

Los cinco ex directores del Banco República cobraron 34.200 dólares por concepto de licencias no gozadas. Algunos juran que apenas tuvieron seis o siete días de vacaciones en cinco años. Muchos no les creen.

El 15 de junio El País informó que los ex directores del Banco República percibieron, al dejar el cargo, unos 34.200 dólares por concepto de licencias no gozadas. El diputado del Frente Amplio Luis Rosadilla denunció que esto indicaba que el ex presidente del banco, Daniel Cairo, y la vicepresidenta Milka Barbato no se habían tomado ni siquiera un día de licencia en cinco años.

Según información brindada por la Presidencia del Banco República, Barbato generó 133 días de licencia en los cinco años, Pablo García Pintos —que tiene 27 años en la administración pública— acumuló 131 días, Carlos Rodríguez Labruna 118, Cairo 110, y Gustavo Michelin 83.
Las diferencias radican en la antigüedad de cada uno como funcionario público. Luego de cinco años de servicio se genera un día extra de licencia anual. Y la cifra continúa incrementándose en un día cada cuatro años.

Pero ninguno de los cinco directores salientes del BROU pidió todos los días de licencia que le correspondían, ni mucho menos.

De acuerdo a los datos oficiales, el ex director García Pintos solicitó 18 días de licencia en cinco años de trabajo en el directorio del BROU, Michelin 13 en tres años y medio, Cairo y Rodríguez Labruna solicitaron siete días de licencia en cinco años y Barbato apenas pidió seis días de licencia en todo un lustro.

Por eso, al momento del fin de su gestión, todos tenían fuertes sumas de dinero para cobrar por concepto de licencias no gozadas.

Una resolución del banco del 10 de mayo remitida al Ministerio de Economía detalló los montos que percibió cada director por concepto de licencias no gozadas: Barbato cobró 127 días de licencia no tomada ($ 201.240), Cairo 103 días ($ 194.663), García Pintos 113 ($ 178.807), Rodríguez Labruna 111 ($ 173.445) y Michelin 70 ($ 106.916).

"Se ve que estos señores trabajaron mucho. Se ve que hicieron muchas horas extras", ironizó Rosadilla, diputado del MPP, en declaraciones a Últimas Noticias.

"Lo interesante es que en ningún mes de enero de esos años se reunió el directorio del banco", agregó.

En una carta enviada a los medios de comunicación los ex directores del Banco República desmintieron a Rosadilla. Argumentaron que el directorio se reunió una vez en enero de 2001, cinco veces en enero de 2002, dos en enero de 2003 y dos en enero de 2004. También recordaron algunas resoluciones asumidas en esas diez reuniones de verano, la mitad de ellas concentradas en 2002, el año de la crisis bancaria.

En entrevista para este reportaje, Rosadilla se retractó. "Me arrepiento de haber dicho que el directorio nunca se reunió en enero", dijo.

"De todos modos, es una vergüenza. Es una vergüenza que algunos directores del principal banco del país reclamen que no tuvieron ni un día de licencia en cinco años, como me dijeron fuentes del banco. O que sólo tomaron apenas seis o siete días. Eso dicen Milka Barbato, Cairo y Rodríguez Labruna. Yo no les creo. Y con eso le llevaron al pueblo uruguayo casi 35.000 dólares".

La carta firmada por los cinco ex funcionarios sostiene que "dicho pago corresponde a derecho, y no fue solicitado ni reclamado por el directorio. No se han cobrado licencias que no correspondan".

Rosadilla admitió la legalidad del cobro. "En un principio decidí ir a una comisaría a radicar la denuncia y mi abogado me convenció de que no lo haga, porque esto que cobraron es totalmente legal. Es legítimo", dijo. "Y es inmoral. Es una inmoralidad legal".

"Nosotros —agregó—tenemos en marcha un Plan de Emergencia para familias a las que vamos a darles 1.363 pesos por mes, que tienen cinco o seis hijos, que no tienen techo ni asistencia de salud. Y un sólo señor se lleva 194.663 pesos por licencia no gozada... Es de una gran falta de ubicación de lo que es un servidor público".

El actual presidente del Banco República, Fernando Calloia, también cree que lo sucedido con las licencias no gozadas cobradas por los anteriores directores es una "cuestión de ética". "Si salieron de licencia y no la solicitaron explícitamente, es un problema ético de cada uno de ellos", afirmó.

Un volante tirado

Rosadilla se enteró del caso cuando encontró un volante del sector oficial de la Asociación de Empleados Bancarios del Uruguay (AEBU) tirado en la calle. Allí se denunciaba una "flagrante estafa a las arcas del BROU". "Todo el banco sabe que no existió un enero (por lo menos) en estos cinco años en que no se suspendieran las sesiones del directorio producto de que estaban de vacaciones", decía.

"Quizás estemos siendo injustos y entre chapuzón y chapuzón, no hacían otra cosa que pensar y resolver diferentes cuestiones vinculadas al BROU. Para ser sinceros, no nos caben dudas que alguna resolución pasó por la sombra de cierta sombrilla", agregaba, también apelando a la ironía.

Después de leer el volante, Rosadilla elevó un pedido de informes al Ministerio de Economía.

Gonzalo Pérez y Alejandro Gómez, dirigentes de AEBU, participaron en la confección del volante. Ambos son funcionarios del BROU.

"Nos dicen que hay actas que dicen que tuvieron actividad en enero cuando todo el mundo sabe que durante ese mes el banco prácticamente no funcionaba, y simplemente quedaba un jefe de guardia y una comisión que funcionaba cada 15 días", dijo Pérez.

"Efectivamente se tomaron licencia, pero jamás se lo hicieron saber a Recursos Humanos para que se le pueda descontar del saldo que tenían", insistió Pérez, quien afirmó que se constataron viajes al exterior —"de vacaciones"— de algún ex director en fechas laborales, sin haber pedido licencia.

"Ningún ser humano soporta trabajar cinco años ininterrumpidos, sin tomarse licencia o con un día por año", agregó el sindicalista.

Para Gómez, el hecho de que los ex directores del BROU cobren 34.200 dólares por licencias no gozadas es "bochornoso". "Todos sabemos, y principalmente los trabajadores del Banco República, lo que fue la propia corrida bancaria en Semana de Turismo de 2002, cuando el directorio tuvo que sesionar sin el propio presidente para resolver, entre otras cosas, una transferencia de capital de colocación en Estados Unidos, porque no estaba", dijo.

Rosadilla cree que quizá algunas reuniones se materializaron gracias a los avances de la tecnología. "Quizás se reunieron en teleconferencia (que la pagamos todos): uno en Miami con los pies en la piscinita, otros en Punta del Este, y arreglaban las cosas por teléfono".

Celulares prendidos

Martín Durán Ferrés, catedrático en derecho público en la Universidad Católica, no supo determinar si las licencias gozadas están bien cobradas o no.

"No tengo forma de saber si estaban descansando o no. Hay una interpretación posible, que es que hayan estado a la orden, con los celulares prendidos y recibiendo consultas. Esto no es estar de licencia como cuando cualquier empleado descansa totalmente y se desconecta de las tareas laborales", dijo Durán.

Michelin comparte esta interpretación. "Cuando no pedí licencia, estaba al pie del cañón. Y si no había una reunión formal en el banco, mi teléfono celular sonaba permanentemente", dijo. García Pintos compartió el criterio. También Rodríguez Labruna: "nunca tuve el celular apagado y estaba a la orden de todo el mundo".

Tanto Barbato como Cairo, García Pintos y Rodríguez Labruna reconocieron que en verano pasaron días fuera de Montevideo, pero con el celular prendido. "Uno puede tener más de una vivienda, ¿no? Yo puedo vivir en una casa en una parte del año y en otra casa en otro momento", dijo Rodríguez Labruna.

El sindicalista Gonzalo Pérez sostuvo que era "harto conocido en el banco que si en verano alguien tenía algún problema, había que llamar a Cairo a Punta del Este, porque estaba de licencia".

Cairo argumentó que debía viajar a menudo a Maldonado por "motivos familiares". "El que se va al interior y tiene un celular está a la orden las 24 horas", añadió.

Barbato opinó en el mismo sentido: "no debe haber habido algún día de la semana o fin de semana, así fuera 1º de enero, que a cualquier director no lo encontraran disponible".

El actual presidente del Banco República, sin embargo, no está de acuerdo con el argumento del "celular prendido". "No es mi interpretación. El gerente general pasa las vacaciones en las mismas circunstancias y él pide licencia. Si lo llaman y tiene que venir, suspende su licencia. Pero la licencia siempre se pide. En cambio, acá hay gente que pidió sólo seis días de licencia en cinco años. Eso es inaceptable", afirmó.

Preguntas "puntillosas"

Los ex directores del BROU dan fe que estuvieron siempre presentes, y más en los peores momentos del país. Afirman que en enero —el mes en cuestión para los bancarios agremiados en AEBU— no estaban licenciados. Y que todas las reuniones del directorio y comisiones fueron en la sede del banco.

"El directorio trabajó muy fuerte durante esos cinco años, sacó al banco adelante en un momento muy difícil. Entonces, preguntar por qué nos tomamos licencia o no nos tomamos... Si nos hubiéramos ido de licencia en enero o febrero, o hubiésemos dejado el banco desarticulado, habría sido una irresponsabilidad", dijo Barbato.

La ex titular de la Corporación Nacional para el Desarrollo no supo especificar la frecuencia de su asistencia al banco durante enero.

—Concurríamos como cualquier director de un banco. Cuando teníamos que concurrir, concurríamos.

—¿Diariamente o esporádicamente?

—Depende. Pregúntele a Calloia o a cualquier otro director si concurren diariamente o esporádicamente. Si usted no concurre puede ser en enero, julio o setiembre. ¿Cuál es la diferencia con los meses?

Michelin, en tanto, reconoció que en enero "ingresa poco material para el directorio". Pero, de todos modos, se indignó. "Que se me diga que no trabajé en enero, cuando todas las crisis en este país fueron en enero, me resulta totalmente irritante".

Cairo tuvo una opinión similar. "Fueron años muy jodidos y es obvio que no fueron normales, donde uno se puede tomar las licencias habituales. En lo personal, trabajé como un ‘negro chico’ ese período, porque suplimos la ausencia de todas las gerencias generales".

García Pintos y Rodríguez Labruna, en cambio, admitieron que la concurrencia al banco mermó notoriamente en cada enero. El primero relató que las reuniones fijas de directorio se realizaban después del 15 de enero. En la carta que los ex directores enviaron a la prensa, consta que —salvo en 2002— en ningún otro de los cinco años se realizó alguna reunión de directorio en las primeras dos semanas del mes.

García Pintos es el director que más licencia pidió. Se tomó licencia del 2 al 14 de enero de 2005, el 22 y 23 de abril de 2002 y del 20 al 22 de noviembre de 2000. "Fueron 18 días hábiles, pero días corridos muchos más", dijo.

Rodríguez Labruna sostuvo que la cuestión se zanja fácilmente. "Está todo en las actas. Pida las actas y ya está". Pero Roberto Borrelli, secretario general del directorio del Banco República, dijo que las actas "no están a disposición del público y la prensa".

Con Rodríguez Labruna se registró el siguiente diálogo:

—¿Ustedes estaban descansando e interrumpían su descanso para ir a las reuniones de directorio o concurrían diariamente a la sede del banco?

—Lo de concurrir diariamente es un tema de responsabilidad personal. Yo soy un director que concurrí siempre.

—¿Aun en enero?

—En enero estaba a las órdenes del directorio, pero seguía concurriendo. No todos los días, pero estaba la orden. El directorio se reunía dos veces por semana.

—Según consta en la propia carta de ustedes, en 2001 se celebró una sola reunión de directorio en todo el mes, y en 2003 y 2004 hubo dos reuniones.

—No se ponga tan puntilloso... ¿cuántas veces se reunía el directorio de Ancap, o de UTE, del Banco Central o el Banco de Seguros?

Un ex secretario de uno de los ex directores, que hoy tiene otro tipo de trabajo en el banco, aportó su testimonio con la condición de no identificarse. "En enero ninguno de ellos asistía al banco. Desde las fiestas (de diciembre) en adelante, nosotros veíamos que todos los directores estaban de licencia. Recién por el 15 o 20 de febrero empieza a sesionar el directorio, algo así. En enero no iban a trabajar porque estaban de licencia".


Tomado de  Suplemento "Qué Pasa" de EL PAÍS, 30/07/2005.

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